3 retos de trabajar en el transporte de carga en México

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El panorama del transporte de carga en México presenta diversos desafíos. Aquí te hablamos sobre tres dificultades que han permeado la industria y que han afectado la forma de operar de las empresas transportistas.

Año con año las condiciones del mundo cambian y aparecen tanto áreas de oportunidad como complicaciones para el sector del transporte de carga. Hay problemas que se han consolidado a lo largo de varias décadas y que pueden hacer la diferencia entre que una empresa, ya sea grande o pequeña, perdure o fracase si no logra adaptarse. El bajo número de operadores, la inseguridad en las carreteras y la dificultad para renovar el equipo constituyen las principales preocupaciones con las que las empresas transportistas lidian hoy.

1. Reclutamiento de operadores

Los operadores son una parte indispensable para el funcionamiento del transporte de carga que desde hace tiempo escasea. Tanto reclutarlos como conservarlos se ha vuelto un reto para las empresas, que prefieren perder un cliente a un operador eficiente. Se estima que hacen falta al menos 70,000 operadores en México, cifra que podría acrecentarse en los años por venir.

Encontrar personas que quieran trabajar como operadores ha resultado una ardua tarea. Empleos con salarios más atractivos y requisitos de contratación menos estrictos, el riesgo de contagio que ha traído consigo la pandemia y la migración de conductores hacia Estados Unidos, en donde se les ofrecen mejores condiciones laborales, son algunas de las razones por las que la escasez persiste. 

Por otro lado, la limitada diversificación de la fuerza laboral, compuesta en su mayoría por hombres, no ha promovido que la incorporación de mujeres a la industria haga una diferencia significativa. El hecho de que muchos conductores experimentados comiencen a alcanzar la edad de jubilación es otro factor que reduce los números en este sector de la fuerza laboral. La falta de operadores significa la poca disponibilidad del transporte (cuya demanda está al alza), así como la imposibilidad de maximizar el aprovechamiento de la capacidad de carga, lo que provoca pérdidas y el aumento de las tarifas. 

Las compañías mejor posicionadas han optado por implementar estrategias como mejorar los salarios y dar un trato más digno a la labor de los trabajadores. Esto ha resultado en un cambio de perspectiva que construye estrategias corporativas alrededor del bienestar de los operadores y promueve la profesionalización de la actividad de conducción. Con la inversión en centros de capacitación propios, por ejemplo, las compañías se abastecen de personal rápidamente y al mismo tiempo pueden ampliar su flota sin que se estanque. Todo lo anterior representa una ventaja para la profesión, sin embargo, precisa generalizarse para solventar el problema de la escasez a gran escala. 

2. Inseguridad en las carreteras

El peligro en las carreteras es un gran desafío para la industria del transporte de mercancías, además de ser otro motivo que dificulta el reclutamiento y la conservación de operadores. Por un lado, los accidentes de tránsito son un riesgo latente debido al poco o nulo mantenimiento que se le da a muchos caminos. Las largas jornadas de trabajo de los conductores, debido a la escasez de operadores frente a la alta demanda de transporte, es un factor que aumenta las probabilidades de accidentarse, al igual que el mal clima. Muchas compañías optan por capacitar a los trabajadores en manejo a la defensiva y bajo condiciones climáticas adversas y deben invertir en asegurar y dar mantenimiento a las unidades.

Por otro lado, las amenazas más graves son aquellas que abarcan extorsión, secuestros, infiltración de información y robo de mercancía. En México, hay alrededor de 4,500 robos al transporte de carga por trimestre perpetrados por el crimen organizado, que destina los productos hurtados al comercio informal. Las zonas en donde se concentran grupos de delincuencia organizada es donde el transporte de carga es más propenso a ser atracado.

Muchas empresas afectadas no denuncian los crímenes porque desconfían de las autoridades mexicanas y estadounidenses, además de por miedo a los narcotraficantes. Un alto porcentaje de los robos son reportados por los clientes, mientras otro tanto no se denuncia por tratarse de pérdidas parciales o menores.

Las medidas que toman las empresas para garantizar en la mayor medida posible la integridad de las cargas contemplan vigilancia, monitoreo, localización y rastreo, custodia y aseguración de las mercancías. Algunas recurren a certificaciones de seguridad (como C-TPAT o ISO), protocolos de reacción para la recuperación de las cargas, sistemas de seguridad electrónicos, investigación exhaustiva del personal, operadores capacitados en medidas de seguridad de tránsito, etcétera. Hay empresas que incluso se han aliado para compartir información con el fin de evitar los atracos. 

Sin embargo, todas estas medidas no logran evitar la delincuencia del todo. Aun si se pueden localizar los vehículos, muchas veces la carga ya ha sido robada. Se ha identificado que en la mitad de los crímenes el grupo delictivo sabe qué tipo de mercancía contiene el vehículo desde que sale del centro de distribución, mientras que el otro 50% son asaltos aleatorios. Aunque el uso de dispositivos para inhibir la señal GPS de los vehículos por parte de los delincuentes ha tratado de ser prevenido por las autoridades mexicanas con la regulación de su venta, su adquisición en plataformas de comercio electrónico sigue siendo posible.

Cuando las empresas se ven afectadas por la inseguridad y no pueden completar su servicio, la imagen de todas las partes de la cadena de suministro (proveedores, productores, transportistas y distribuidores) se deteriora, pues la demanda de los productos no se satisface, lo que provoca una percepción de inconstancia o poca confiabilidad. Todo ello impacta en el comercio e implica pérdidas económicas, por las mercancías robadas y por los gastos que se tienen que hacer para prevenir los riesgos, lo que provoca que el costo para transportar los productos por carretera se eleve.  

3. Renovación del equipo

En promedio, la antigüedad de la flota de unidades pesadas en México es de alrededor de 20 años. Con la llegada de la pandemia, renovar el equipo y adquirir nuevas unidades se ha complicado para las empresas de transporte de carga. 

La industria automotriz a nivel global atraviesa una crisis causada por la irrupción de la emergencia sanitaria en las cadenas de suministro, lo que ha provocado la falta de insumos (como los microchips semiconductores o incluso los neumáticos) para la producción de vehículos de carga. Esto no podría ser más inoportuno, pues ahora es cuando la demanda de este tipo de transporte se ha regularizado y ha aumentado debido al cambio de los hábitos de consumo provocado por la misma pandemia y al incremento de la actividad económica de Estados Unidos, principal socio comercial de México. 

Las iniciativas para promover la sustentabilidad también se han visto obstaculizadas, pues las unidades habilitadas con este fin son las más difíciles de conseguir por la escasez de microchips, además de que los altos costos han hecho aún menos costeable la inversión en este tipo de vehículos. Analistas y otras personas del sector señalan que, desde antes de la pandemia, existe la necesidad de una aplicación más constante de incentivos fiscales por parte del gobierno federal, que ayuden a las empresas (sobre todo a las pequeñas y a hombres camión, que constituyen más de la mitad de las compañías de transporte en México) a adquirir mejores unidades y a renovarlas. 

Importancia de apoyar a la industria del transporte de carga en México

Todo lo ya expuesto provoca altos costos de operación para el transporte de mercancía, que ponen a muchas empresas al borde de la desaparición. El sector transportista es sumamente importante, pues genera el 3.3% del Producto Interno Bruto (PIB) de México. Además, al tener relación con la mayoría de las empresas del país, su labor atraviesa múltiples actividades económicas. La colaboración de la iniciativa pública y privada para reducir los desafíos que enfrenta la industria resultaría benéfico no sólo para los empresarios, sino para la economía en general. 

En Mexicom Logistics, donde trabajamos con una empresa líder de la industria avícola, tenemos experiencia en el transporte de carga de alimentos con diferentes modalidades de servicio.

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