La regla de dominio del inglés y su reactivación

En junio de 2025, las autoridades de E.U.A. comenzaron a aplicar con rigor una normativa que exige a los operadores de camiones de carga demostrar dominio del idioma inglés. Aunque esta regla existe desde la década de 1970, fue flexibilizada en 2016 bajo la administración Obama, permitiendo el uso de intérpretes, aplicaciones de traducción y tarjetas con frases. Esa flexibilidad ha llegado a su fin con la política actual.

A partir de ahora, las inspecciones en carretera y las paradas de tránsito deben realizarse únicamente en inglés. Si un conductor tiene dificultades para comprender las instrucciones, se le aplica una evaluación de dominio del idioma (ELP, por sus siglas en inglés). En caso de no aprobarla, se le retira de circulación de forma inmediata hasta que pueda cumplir con el requisito. No se permite el uso de herramientas externas de traducción.

Este cambio responde a una orden ejecutiva firmada en Abril, 2025 y su impacto es considerable. El Departamento de Transporte de E.U.A. estima que aproximadamente el 4 % de los 3.5 millones de conductores con licencia en el país tienen un dominio limitado del inglés. Esto representa alrededor de 140,000 conductores que podrían quedar fuera de operación. La medida se implementa en un contexto ya crítico para la industria, que enfrenta una escasez superior a los 82,000 conductores, cifra que podría superar los 160,000 para el año 2030.

Disrupciones en el transporte de carga: aumentos de tarifas, escasez de capacidad y demoras

La aplicación estricta del requisito de dominio del inglés tuvo un efecto inmediato: una disminución repentina en la disponibilidad de conductores B-1. Muchos transportistas han optado por no enviar operadores que no hablen inglés por temor a demoras, multas o incluso que las unidades sean retiradas de circulación. Esta situación ha impactado especialmente al transporte de carga hacia el norte, con destino a E.U.A.

Como consecuencia, las tarifas para la carga con destino a E.U.A. se han disparado. En rutas clave, las tarifas spot para cajas secas aumentaron cerca de $1 dólar por milla, alcanzando casi los $4 dólares por milla en algunos casos. El Outbound Tender Rejection Index—un indicador clave que mide el rechazo de cargas contratadas en favor de oportunidades en el mercado spot—se incrementó más de un 29 % tan solo en la primera semana de implementación.

Estas cifras reflejan una reducción significativa en la capacidad disponible del mercado. Con menos conductores en cumplimiento, los embarcadores enfrentan mayores tiempos de espera, costos más altos y una competencia creciente por conseguir unidades disponibles.

Impactos en el transporte entre México y E.U.A.

Cambios en la estrategia de los transportistas

Algunas empresas de transporte, tanto en E.U.A. como en México, están reduciendo parcial o totalmente el uso de conductores B-1. Esto ha obligado a muchas compañías a ajustar sus estrategias de ruta y buscar soluciones alternativas para el cruce fronterizo.

Cuellos de botella en la frontera

La congestión en los cruces fronterizos entre México y E.U.A. ha aumentado. Los camiones enfrentan demoras de horas o incluso días, mientras transportistas y agentes aduanales intentan garantizar el cumplimiento con la documentación y el idioma requerido.

Complicaciones en el reclutamiento de conductores

Reclutar nuevos operadores para rutas transfronterizas se ha vuelto más complejo. Muchos conductores calificados ahora dudan en aceptar viajes hacia E.U.A. por temor a inspecciones o posibles descalificaciones.

Retrasos operativos para los embarcadores

Las empresas que dependen de sistemas de entrega justo a tiempo (JIT) están enfrentando interrupciones. Los retrasos en las entregas afectan líneas de producción, niveles de inventario en tiendas y envíos sensibles al tiempo, especialmente en sectores como el automotriz y el electrónico.

Incremento en la reasignación de cargas

Los agentes y despachadores están teniendo que reasignar cargas con mayor frecuencia cuando un conductor B-1 es rechazado por no cumplir con el nivel de inglés requerido. Esto genera más trabajo administrativo, penalizaciones por reprogramación y oportunidades de negocio perdidas.

Respuesta de la industria: programas de apoyo e iniciativas de capacitación

Ante estos cambios, algunas organizaciones están tomando medidas para ayudar a los conductores a adaptarse. La Asociación de Transportistas de Laredo, por ejemplo, ha comenzado a ofrecer clases gratuitas de inglés los fines de semana para apoyar a los operadores en el cumplimiento de los nuevos estándares.

Como explicó su presidente: “El requisito no es nuevo—lo que cambió son las consecuencias. Queremos dar a los conductores las herramientas necesarias para cumplir con la norma y mantenerse activos en la carretera.”

Cómo Mexicom ayuda a sus clientes a enfrentar la disrupción

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